Me he preguntado muchas veces si los proyectos fotográficos, nacen o se hacen. ¿Qué nos mueve a la hora de decidir lo que queremos mostrar?. Yo creo en el momento. Creo que todo tiene su tiempo y lugar, por eso, hay cosas que tardan más en manifestarse.  

Durante la pandemia, una  puerta se abrió en mi interior con la necesidad de salir al exterior, Así nació este proyecto, simplemente surgió. Son autorretratos que cuentan pequeñas historias que transmiten sentimientos, sensaciones y experiencias de momentos especiales con las que es fácil identificarse en muchas ocasiones. 

Cada una de las fotos tiene su propio mensaje y funcionan perfectamente de forma individual, pero el conjunto de todas ellas, invita a presenciar un viaje de evolución interior, de transformación.

En este proyecto, el texto que acompañan a las fotografías adquiere una importancia vital para comprender lo que pretendo expresar, de esta manera, el espectador interpreta de manera particular cada una de estas fotos  aportando su propio código, su propia simbología.

El horror, como género literario, implica algo paranormal (fantasmas, monstruos, duendes...)
Según Noe Carroll en su libro, The Philosophy of horror, distingue entre el horror y el terror tomando en cuenta una característica: la presencia de un monstruo. El horror siempre incluye a una criatura que transgrede de cierta manera las reglas del mundo diegético en el que es situado, mientras que el terror no necesita monstruo, puede ser un humano el responsable de los hechos que nos aterrorizan.
El terror es algo que asusta pero tiene explicación racional. El horror es una emoción, es el temor a lo desconocido.

¿Somos marionetas o por el contrario, manejamos nuestros propios hilos?

Puedes acceder a los enlaces para ver las fotos y los textos de las series para tener más información.

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